Quedan horas para que comencemos a consultar el calendario 2026 en nuestro día a día y las expectativas por la bienvenida de un nuevo año ya comienzan a sentirse. Las compras de la cena, organizar el hogar y decidir dónde se va a sentar cada invitado, pero por sobre todo proteger a nuestras mascotas, serán las prioridades. Los estruendos de los fuegos artificiales en los festejos de Año Nuevo pueden causar un serio episodio de estrés si no estamos atentos a las señales previas de nuestros peludos.
Cómo proteger a tus mascotas en Año Nuevo: las claves de un experto antes de que lleguen las 12Las mascotas pueden sufrir seriamente si no se toman medidas de precaución antes de que los fuegos artificiales rompan en el cielo. Esto se debe a que su capacidad auditiva es de 4 a 5 veces mayor que la de los humanos, por lo que el sonido de 100 a 140 decibeles de los petardos les resulta insoportable. Esto les provoca ansiedad, temblores, intentos de esconderse o huir. Si una mascota padece problemas cardíacos, los ruidos fuertes pueden afectarles provocando incluso un infarto.
La importancia de estar atentos a los signos
Hay señales de aviso antes de que el episodio se transforme en una tragedia festiva. Las mascotas muestran signos de miedo que muchas veces son poco conocidos; identificarlos puede ayudar a los dueños a tomar medidas tempranas, como consolar y protegerlas en un lugar seguro, así como reducir su exposición a los estruendos.
Los expertos en adiestramiento canino de Acme Kennels advirtieron a los dueños de mascotas que reconozcan los indicadores más desconocidos de estrés en sus perros cuando se esperan fuegos artificiales, para ayudar a prevenir la angustia a largo plazo. Aunque los ladridos y los temblores son signos comunes de miedo, señales más sutiles como mostrar el blanco de los ojos, un porte inusual de la cola y el movimiento constante de las orejas no deben ignorarse.
Cada uno de estos indicios ofrece una chance a los dueños de adelantarse e intervenir antes de que el miedo se intensifique. Al estar atentos a estas señales tempranas, pueden responder con calma y brindar tranquilidad para ayudar a su perro a sentirse seguro y protegido, evitando que el cuadro empeore. Si no se detectan estos primeros signos de estrés, la ansiedad del perro puede intensificarse y potencialmente provocar pánico, lesiones o miedo a largo plazo y problemas de comportamiento.
Los signos que indican que tu perro no la está pasando bien
“Un perro que comienza a mostrar una tensión leve, como rigidez corporal, lamido de labios o cola metida, puede progresar rápidamente a un intento de escapar o a una pérdida de control de esfínteres si se ignoran esas señales a medida que aumentan su miedo y ansiedad”, explicó Ben McFarlane, experto de ACME Kennels.
Desde el medio North Edinburgh News recogieron las señales que muchas veces ignoramos y que es necesario atender para evitar el sufrimiento en nuestras mascotas. Estas son las advertencias que los expertos indicaron:
Rigidez corporal y postura congelada: Cuando los músculos de un perro se tensan y se queda inmóvil, puede sentirse abrumado. A diferencia de una postura equilibrada, una postura congelada implica incertidumbre.
Lamerse los labios y bostezar: Estos comportamientos de desplazamiento suelen manifestarse cuando un perro no sabe cómo responder. Un perro que bosteza o se lame los labios repetidamente podría indicar ansiedad.
Ojo de ballena (mostrando el blanco de los ojos): Girar la cabeza mientras se mantiene el cuerpo hacia adelante, revelando el margen blanco del ojo, indica que el perro está observando una amenaza percibida y podría estar asustado.
Porte de la cola: Un perro que lleva la cola inusualmente baja o pegada al cuerpo expresa inquietud. Por otro lado, una cola rígida y erguida puede indicar mayor estrés en lugar de excitación.
Levantar la pata y caminar de un lado a otro: Levantar una pata delantera o caminar de un lado a otro en un área confinada sugiere que el perro preferiría escapar de la situación.
Orejas aplanadas o giradas: Los perros se basan en la posición de las orejas para filtrar los sonidos. Las orejas aplanadas o giradas constantemente pueden indicar una sobrecarga sensorial, especialmente en entornos ruidosos.